A Javier Castrilli lo llamaban "El Sheriff" por su mano dura para explusar a jugadores de Boca y de River. Con esa impronta se hizo un lugar en la sociedad que lo llevó a ocupar cargos de funcionario público, y trabajar dentro del periodismo como analista de arbitrajes.

Pero parece que esto le molestó al Pipi Novello -devorado por su personaje de iconoclasta desatado- quien lo atacó no por sus argumentos, sino por su historia.