Jorge Carrascal es así, tómalo o déjalo. Capaz de hacer el control más asombroso y también de la pérdida más ridícula de todas. Negro o blanco, sin grises.

Los hinchas de River todavía se debaten entre bajarle el pulgar o esperar a que de una buena vez explote.

Mientras tanto Marcelo Gallardo sigue dándole minutos para que pueda mostrar su talento, como lo hizo en la final ante Colón, donde perdió varias ocasiones por querer inventar un lujo, pero terminó anotando el cuarto tanto de su equipo.

Pero al marcar se dio vuelta y se lo gritó a la hinchada del Negro, lo que le valió la recriminación de sus rivales, pero luego explicó qué lo llevó a tomar esa determinación.