El expresidente de Independiente marcó un rumbo en la relación con las barra bravas de los clubes. Pero como no pudo terminar con ella, y el equipo descendió, su lucha quedó como un intento infructuoso que no debe repetirse.

Pero algo se puede sacar de su paso al frente de la institución de Avellaneda: entender cómo funciona el entramado del fútbol argentino.