Era la final esperada por todos. Los dos mejores equipos del torneo cara a cara. Claro, Argentina corría con una desventaja: el cansancio, debido al largo y sufrido encuentro de semifinal ante Paraguay que se definió por penales.

Sin embargo, los de Diego Giustozzi salieron al campo con la mentalidad ganadora que los caracteriza y pudieron ponerse en ventaja a través de Alan Brandi, pero el tacazo del español nacionalizado argentino, que parecía tener destino de red, terminó impactando contra el palo izquierdo del arco defendido por Thiago.

Con el correr de los minutos, Brasil fue ganando en confianza y logró abrir el marcador. Promediando el primer timpo, tras una mala salida desde el fondo de la Selección albiceleste, Fernandinho se fue mano a mano contra Sarmiento y definió por entre las piernas del arquero que había sido figura en las semifinales.

Antes del entretiempo, Brasil logró una ventaja que lo acercaba cada vez más a alzar la Copa. Primero Bateria marcó el segundo con un tiro libre en la puerta del área de los de Giustozzi y luego Jé realizó una media vuelta con posterior remate cruzado para estirar la diferencia a tres.

En el complemento, Argentina intentó llegar al descuento pero Thiago demostró la misma regularidad y firmeza que a lo largo del torneo. Rodrigo a sentenció el marcador con otro tiro libre, para decretar el 4-0 final con el que Brasil se consagró campeón.

Paraguay el tercer clasificado

Los dirigidos por Carlos Chilavert tuvieron la mejor performance en el torneo justo en el partido en que más lo necesitaban. Obtuvieron un contundente triunfo por 7-2 ante Uruguay y así el tercer boleto para el Mundial de Colombia.

Los goles para el combinado local los anotaron Juan Salas, en cuatro oportunidades, Richard Rejala, Francisco Martínez y René Villalba. Sebastián Castro convirtió ambos descuentos para los celestes.