Si el Colorado Mac Allister dejó un buen recuerdo en Boca, será difícil que suceda lo mismo con su hijo que jugó sólo seis meses y dejó el club inesperadamente.

Pero lo llamativo es que cada parte sostiene lo opuesto, y desde la flamante conducción xeneize lo acusan de mentir para forzar la salida. Pese a eso, el jugador ratificó su posición.