Aquel 23 de junio de 2005, Manu fue clave para que los Spurs ganarán su tercer trofeo en un séptimo partido para el infarto con triunfo por 81 a 74 sobre los Detroit Pistons de Chauncey Billups, Rip Hamilton, Tayshaun Prince, Rasheed Wallace y Ben Wallace.

El bahiense anotó 23 puntos y repartió 4 asistencia, pero además asumió las pelotas más calientes de la noche para conseguir su segundo anillo NBA, ahora como total protagonista. 

Pese al rol clave del argentino -basta con ver el resumen-, los organizadores eligieron a Tim Duncan como el Mejor Jugador de las Finales, que esa noche convirtió 3 puntos más que Manu. 

Manu había sido el goleador de los Spurs en los dos primeros partidos (27 y 26 puntos respectivamente para adelantar a su franquicia 2-0 en la final), pero luego los Pistons lo controlaron y ahí apareció Duncan en la zona pintada. 

En la noche consagratoria -quizás la más importante suya en la liga norteamericana-, Ginóbili fue un barrilete cósmico inalcanzable para las máximas estrellas de Detroit, y dio un paso más hacia el cielo del básquet desde donde hoy mira al resto. 

¡Gracias Manu!