La noche del miércoles para Messi no pudo ser peor. Al despertar, consultó al cuerpo médico del Barça por un dolor insoportable en el estómago.

Los médicos le diagnosticaron un cólico renal que le finalmente lo privó de jugar el partido de semifinales contra el Guangzhou Evergrande. Ni siquiera fue al estadio.

Según As.com, su estado "le compromete casi con toda seguridad de cara a la hipotética final". Al argentino le están sometiendo a un tratamiento a base de relajantes musculares.