"Me siento bien, muy feliz. A pesar de haber perdido mi última pelea y tener una pierna destrozada, estoy pletórico", dijo Sergio.

"A veces me pregunto para qué seguir. Ya cumplí 40 años, se me notan las arrugas y el pelo se me está cayendo. Ya soy un ex boxeador, mi rodilla está destrozada", aseguró 'Maravilla'.

En diálogo con Canchallena, Martínez admitió: "El ego no me deja comprender que hay un ciclo para respetar, que ya no puedo jugar un picadito al fútbol con mis amigos, como cuando era pibe. Menos puedo volver a pelear en el primer nivel".

Y agregó: "La decisión final ya la tengo tomada, pero en unas semanas tengo la última reunión con los médicos y ahí lo anunciaré".

De idolatría y gloria

"Eso de ser el ídolo me llegó de grande, por suerte siempre tuve en claro lo traicionero de ese papel", admitió; para reforzar, citó a Guardiola: "En una entrevista, dijo: 'Esperá que pierda y después hablamos'". Y remató: "Y lo mío es así, fui ídolo mientras fui campeón...".

"Ahora pasaré a ser referente para algunos o un simple mediático para otros", auguró, y remarcó: "La victoria, el éxito, tiene muchos amigos, las derrotas los espanta".

Sergio no volvió a pelear tras la caída ante Cotto, en el Madison Square Garden, en 2014. "Los que estaban preocupados por hacer negocios se borraron. Es algo lógico, va ligado al éxito. Los amigos que siempre me quisieron de corazón, siguen estado firme al pie del cañón", se sinceró.

Y resumió: "Del boxeo jamás voy a olvidarme, me dio todo lo que soy hoy. De lo que tengo que comenzar a despegarme es de su práctica, porque mi físico no da más...".