Después del papelón en el Boca-River de la Copa Libertadores, en el que el partido fue suspendido por incidentes en el entretiempo, la violencia reapareció en clásico 'charrúa'.

Nacional y Peñarol definían en el Estadio Centenario quien sería el campeón de Uruguay. El encuentro estaba 3-2 a favor del conjunto tricolor, cuando Pablo Miglore cometió un penal y en la tribuna Amsterdan (donde se ubicaban los hinchas del carbonero) comenzaron desmanes con la Policía.

El árbitro del encuentro Javier Bentancor decidió esperar y cuando los incidentes parecían apaciguar ordenó que se ejecutará el disparo. Recoba le pegó y Migliore detuvo el remate, sin embargo una ambulancia ingresó al campo de juego y el arbitro señaló hacía la mitad de la cancha dando por terminado el partido a falta de siete minutos para que se cumpliese el tiempo reglamentario.

Los jugadores de Nacional festejaron como si hubieran salido campeones y hasta recibieron medallas y la copa. A pesar de eso la Asociación Uruguaya de Fútbol determinó que la decisión de si el partido continúa o no, la tomarán tras una reunión de comisión, por lo que los tricolores no son campeones de manera oficial.