En el partido ante Filip Krajinovic, donde ganó por un contundente 6-2 y 6-1, el suizo demostró que su calidad está fuera de toda imaginación, inclusive de quienes lo ven en primera persona: los alcanzapelotas. Con un drop shot, Federer hizo que la pelota primero pique del otro lado de la red y después vuelva para su lado del campo.