Finalmente, el encuentro terminó igualado por 2 a 2, gracias a la jugada 'mala leche' por excelencia. Los futbolistas del equipo que iba arriba en el marcador frenaron su ataque para que atendieran a su contrincante, quien estaba dolorido en el suelo. Sin embago, Julian Guenther-Schmidt, compañero del jugador lastimado, sacó provecho de la situación: robó la pelota, encaró y marcó un gol.

Los futbolistas del Meppen se lo querían comer crudo al autor del descuento, algo que generó una fuerte discusión entre ambos equipos, con el árbitro como actor de reparto.