Independiente lo buscó siempre de todas las formas. Con centros y juego asociado, pero no pudo quebrar a San Martín de San Juan. Al final fue 0-0 en Avellaneda por los palos y por el arquero Luis Ardente, la gran figura.

Habían pasado 91 días desde el último partido oficial del 'Rojo' y muchas cosas cambiaron. La llegada de Walter Erviti y Emmanuel Gigliotti, además del arribo de  Ariel Holan como DT, prometía aire fresco y lo hubo. El 'Diablo' jugó con personalidad y se pareció más a lo que quiere el hincha. Tan es así que una vez finalizado el encuentro bajaron los aplausos desde las tribunas del Libertadores de América.

El 'santo' se defendió cerca del arco de Ardente y el local, con el 4-4-2 que plantó Holan, fue de menor a mayor. Le costó en el primer tiempo, pero generó situaciones para sus delanteros Emmanuel Gigliotti y Lucas Albertengo. 

Fue casi todo del 'Rojo'. Bajo la conducción de Erviti y el empuje de Nicolás Tagliafico, desbordaba a su rival por ambos costados, pero en el corazón del área chocaba con los defensores sanjuaninos y contra su propia impericia.

Holan metió mano: a la cancha fueron Ezequiel Barco y Martín Benítez (por Albertengo y Gastón Togni) cuando todavía faltaba más de media hora de partido. Independiente estaba decidido, pero el gol no llegaba.

Tras un taco de Erviti, Gigliotti sacó un zurdazo desde la puerta del área que mereció ser gol, pero el palo le ahogó el grito. El local jugaba mejor ante un rival que tambaleaba.

Pero los minutos pasaban y la impaciencia se apoderaba de todos los de rojo en el Libertadores de América. Ardente se quedó con un tiro libre de Rigoni y después con un remate del volante desde la media luna (también ensayó una chilena defectuosa en el área chica que merecía otro final). Las situaciones se sucedían una tras otras, pero el marcador se mantenía en blanco.

En el epílogo, Independiente volvió a acelerar. Y esta vez Benítez fue el que metió un zurdazo contra el poste, cuando Ardente estaba vencido. La última fue un cabezazo de Tagliafico que parecía gol, pero el arquero se estiró y lo evitó. Al final, San Martín arañó un punto que no mereció y el Rojo se quedó masticando bronca con un empate con sabor a a poco.