Como Vélez no encuentra el rumbo en lo futbolístico, un grupo de personas que se identifican con el club lo expresó de la peor manera: con incidentes y destrozos tras la dura derrota con Racing, que además le costó el puesto al entrenador Christian Bassedas. 

Barrabravas del club irrumpieron en la zona de vestuarios y se trenzaron con la Policía, que los dispersó con gases lacrimógenos. Se produjeron además daños materiales en la zona del hall y la confitería.

Por su parte, Bassedas no pudo digerir una nueva derrota y los disturbios que se generaron, y decidió renunciar.