Las emociones cosechadas por Atlético Tucumán en las últimas semanas gracias a su épica e histórica clasificación a la fase de grupos de la Copa Libertadores parecen no tener fin.

Esa misma efervescencia que contagió a toda una provincia, que por primera vez tiene un representante en la máxima competencia de la región a nivel clubes, se prolonga en el tiempo y traspasa un torneo para continuar en otro.

Así las cosas, y aunque la pelota no rodaba en el fútbol argentino desde hacía 80 días, Atlético Tucumán jugó con el mismo ritmo que le impregnó a su enorme desafío copero.

Le apunta con todo a la Libertadores, pero no descuida el torneo local. "Nuestra obligación es mantener un buen promedio porque el club quiere quedarse muchos años en Primera", no se cansa de repetir Pablo Lavallén, el entrenador del Decano.

Atlético comenzó muy bien con uno de sus mayores desafíos, que es demostrar que está en condiciones de hacerle frente sin ningún problema a los dos certámenes. Y pasó muy bien su primera prueba, al vencer a Sarmiento de Junín 2-1, con goles de José Méndez y Fabio Alvarez. Sobre el final descontó Héctor Cuevas, de penal.

La cosecha de puntos sigue siendo buena. De hecho, el Decano se ubica en la tabla de promedios en el séptimo lugar, por delante de, por ejemplo, River. Lo contrario le sucede a su vencido, que vuelve a Junín preocupado, en el puesto 28 de esa misma lista y sólo con dos equipos detrás: Temperley y Atlético Rafaela.

El próximo fin de semana, Atlético recibirá a Aldosivi, aunque primero tendrá una nueva excursión: el jueves, en Montevideo, lo aguarda uno de los protagonistas históricos de la Copa Libertadores: Peñarol.

La Nación deportes