No sabía cómo festejarlo, no se imaginaron que iba a llegar y mucho menos como responder a semejante alegría y desahogo contenido durante más de 90 minutos.

Cuando Messi sacó ese tiro que por fin venció a Alireza Haghighi, arquero de Irán, todos los argentinos presentes en el estadio Mineirao se volvieron completamente locos festejando el golazo del astro.