La sección de Literatura Breve de la revista Maten al Mensajero "se adentra en las diferentes regiones del país para rescatar la pluralidad de voces referentes de la microficción argentina actual".


En el número seis de su segundo año, "el recorrido literario se detiene en Mar del Plata, de la mano de Carolina Bugnone, Gastón Domínguez, Paula Fernández Vega y Gonzalo Viñao. Cuatro jóvenes escritores que con sus trabajos nos ofrecen un panorama de lo que está produciendo y experimentado alrededor del género Microrrelato en esa ciudad".

Gentilmente la revista nos compartió uno de los textos de Bugnone para los lectores del diario.


Esas medias no son azules



De un día para el otro, dejó de ser obligatorio llevar medias tres cuartos azules a la escuela. Por eso me puse, precisamente, un par multicolor debajo de los guillermina,  sobre mis piernas-huesos y el guardapolvo blanco.


Blandía esas medias como banderas de la libertad; en casa estaban orgullosos de mi pequeño acto reivindicativo.


Walburga Frida, la regente de la escuela, un día las detectó. Bajó sus ojos- pequeños y opacos como su existencia- hasta mis pies, y sin mover un solo músculo de su vetusta cara, me habló. Con el rictus de la herencia alemana que llevaba en los gestos, me dijo “Esas medias no son azules”. La miré atónita. Envuelta en una sensación indefinida, bajé la mirada, tragué saliva y me fui sin decir nada.


El miedo seguía operando, siguió operando hasta mucho tiempo después. Opera.


Mi mamá, morena y vivaz, muy lejos de aquellos rictus germanos, encendió sus ojos cuando le conté lo sucedido.


“Si tiene algún problema, que venga a hablar conmigo”, sentenció.


No volví a usar las tres cuartos azules.


No volví a respetar en lo íntimo, en lo íntimo que se puede tener a los nueve años, a Walburga Frida.

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