La "justificación" por parte de las autoridades rusas para retirar de las librerías la novela gráfica "Maus" es que "retrata el Holocausto con animales antropomorfos y lleva una esvástica en su portada". Se trata de una cuestión más de apariencias que de realmente evaluar su contenido.

A partir de una ley aprobada el último diciembre no es posible mostrar esvásticas o cualquier elemento que remita a Hitler. Varvara Gornostayeva, directora de la editorial Corpus, que edita Maus en Rusia, confirmó lo ocurrido a The Guardian y se mostró apenada ante esta situación que parece un tanto ridícula.

Resulta paradójico que un libro que narra la historia del padre del artista que estuvo en un campo de concentración ahora sea considerada "nazi".

Originalmente Maus fue publicada en dos partes "Mi padre sangra historia" (My Father Bleeds History, 1986) y luego "Acá es dónde comienza mi problema" (And Here My Troubles Began, 1991), hasta terminar en un único volumen.

“Es una auténtica pena, porque es un libro sobre la memoria. Y no queremos que las culturas borren la memoria”, destacó Spiegelman y señaló que la medida es “la señal de algo peligroso”.

Y agregó: “El objetivo final parece ser más en general asustar a cualquiera que trabaje con la libertad de expresión”.

Rusia aprobó el último diciembre una ley que prohíbe expresamente todo tipo de propaganda nazi, pero recién ahora intensificaron los controles ya que el 9 de mayo se cumple el 70º aniversario del Día de la Victoria, en el que Rusia va a recordar cómo sus tropas derrotaron a las armadas de Hitler.