Si hay algo que enamora del tango, es la milonga, porque invita a bailar, a conocerse y por qué no, a abrazarse más. Si bien desde la profundidad del tango muchas veces se critica el hecho que no hay jóvenes en las milongas, los festivales y las milongas se llenan, pero no solo de bailarines, sino también de músicos que se ponen el sayo y salen a tocar.

Así comenzó Pablo Valle Sexteto, en palabras de su pianista, Pablo Valle, quien cuenta que todo fue gracias a la casualidad, y a los eventos. “Nos contrataron como cuarteto para un evento, tocamos y les gustó. Pero luego surgió que nos querían escuchar en formato sexteto pero nos faltan dos músicos que no teníamos, por lo que quienes nos querían contratar nos proponían dos músicos más, lo cual aceptamos, tocamos y nos gustó tanto que luego de tocar dijimos 'ya que nos gusta como sonamos, ¿por qué no nos juntamos y lo hacemos en serio?'". Y así nació este viaje por las orquestas típicas de los 40, que a los tres meses vio la luz con 'Pa' Milonguear', un disco que homenajea a las mejores orquestas de esa época y donde se metieron en el meticuloso trabajo de transcribir y realizar todas las milongas tal cual las habían realizado Osvaldo Pugliese, Rodolfo Biagi, Anibal Troilo y Juan D' Arienzo.

Sobre el trabajo que llevó su primer disco, Valle recuerda que se tuvo que quemar “las pestañas” encerrado en su casa por el poco tiempo que llevó realizar todo sin las partituras, ya que el primer disco “fue sin pensarlo” y tuvo una gran recepción.

Pero el condimento especial de 'Para siempre', disco que recién está salido del horno y tuvo su presentación el viernes 18 de agosto en el Centro Cultural Julián Centeya, en el marco del festival de Tango en Buenos Aires, es que dieron un paso más y se lanzaron en la idea de grabar dos temas propios, 'Para Siempre', y el que más llama la atención: 'Dotarpeando'.

“La idea es, de a poco transformar eso en música nuestra, pero siempre mantener la esencia del 40’. Estamos en general en un público tanguero y milonguero, y siente mucha afinidad a eso. Pero tenemos que de a poco transformar eso en algo nuestro sin perder la esencia de esa época y sin perder nuestra identidad. Pero siempre intentaremos que sean bailables”, desentraña Pablo sobre el futuro del sexteto.

En la presentación del disco, el sexteto notó algo que le llamó la atención: “Mucha gente se quedó sentada escuchando. Había como 200 personas y la mayoría estaba sentada escuchando. También había algunos bailando, y eso está buenísimo también”.

“Dotarpeando es petardeando al revés. Viene de petardo y es una palabra que me inculcó Bernardo Bergé –cantor del sexteto- porque había un bandonenista de ‘Si lo sabe cante’ que cuando venía algún cantante pesado le decía ‘este es un petardo’. Lo empezamos a utilizar entre nosotros y luego en el sexteto lo abreviamos a dotarpe, pero era más como decir ‘qué boludo’ y cuando escribí la milonga me dije ‘es medio de jolgorio’, y quedó el nombre”, rememoró, y si bien luego indica que es medio difícil de explicar el significado de su nombre –y de pronunciarlo también-, Pablo se muestra muy feliz, porque además no conforme con una versión, realizaron otra con un condimento especial: percusión de la mano de Gerardo Solnie.

Sobre ‘Dotarpeando’, Valle señala que si bien el milonguero es ortodoxo, más de la “vieja guardia”, son muchas veces un poco reticentes a lo nuevo, por ello se decidió a hacer las dos versiones. “Queríamos meter percusión y en la milonga quedaba muy bien, pero que la pasen en la milonga era complicado, había que ponerlo con cuidado”.

“Yo estuve en Siria en 2011, y había milongas, en un país que son muy conservadores. No podes dar un beso, pero se abrazan para bailar el tango”, relata Valle sobre su vasta trayectoria que lo llevó a recorrer el mundo de la mano de nuestra música.  “Puede ser una vía de escape. Es una manera de sociabilizar con otro. Hablar es difícil para romper el hielo, pero bailar te permite acercarte al otro”, aclara. 

Otra de las novedades que nos regalan tanto en ‘Pa’ Milonguear’ como en ‘Para Siempre’, es que cada tema de las orquestas homenajeadas conllevan una presentación, que te introduce a prestar más atención a lo que estás a punto de escuchar, y en este segundo disco, qué mejor que con la voz del Chino Laborde, que también se da el gusto de cantar.

“Son breves introducciones para que el que no conoce de tango, lo pueda ayudar a tener un panorama; y además está bueno cuando escuchas un disco que no sea tema, tema, tema. A mí me pasa que al sexto tema que escucho me suena lo mismo. Me aburre. Y esto de alguna manera te va cortando. Venís escuchando y te aparece un tipo hablando y prestas atención, lo haces por ese lado, de cortar con los temas”, dice Pablo.

La crisis principal de nuestra cultura es la poca difusión que se le realiza, ya que hoy para muchos es música que “no vende”, y eso los músicos y cantantes del tango lo sienten más que nunca. Más allá que hay ciertos medios que están exclusivamente dedicadas a esta temática, cada vez es más difícil el espacio para ellos. Quizá esa también sea una de las razones por la que muchas veces se se preguntan los mismos tangueros por qué no hay tanta juventud. Porque tampoco se le da el espacio para darse a conocer.

“A nosotros se nos abrieron las puertas de todos los lugares que hablamos. La 2x4, la radio del tango. También fuimos a Continental y a Nacional Rock. Pero el tango hoy es una música no comercial, es como la cumbia. A nivel local el tango tiene muy poca gente, el que te llega a abrir las puertas, mucha bola no le da porque baja el rating”, se lamenta Pablo.

“El tango tiene que empezar a dejar de llorar porque los pibes no escuchan”, sostiene Valle, y se pregunta: "¿Pero qué hacemos para que escuche la juventud? Si a un pibe les decís ‘el buzón carmín’ de Tinta Roja y el pibe dice, ‘¿de qué me estás hablando?, yo tengo Hotmail flaco’. Eso tiene que estar, pero empezar a tirar cosas  nuevas”.

Ante estas incógnitas que se generan, Pablo junto al sexteto pensaron en una reversión propia como ‘Dotarpeando’. “Tiene percusión por eso. Es que se escuche distinto pero como el tango. Nuestra idea es ir innovando. Esa milonga tiene algo de cumbiera. Hecha adrede, es sin salir del cauce del tango buscar cosas que llamen la atención”.

Valle reflexiona sobre esto último y comenta que siempre pensó en intentar innovar “dentro de nuestro espacio –el tango- que es acotado”, y casi como dato de color, comenta que cuando era adolescente “tocaba cumbia” y que es algo que tiene adentro y que le gusta. “Era hacer una milonga que se pueda bailar ‘más cumbiera', digamos”.

Al fin y al cabo, lo que tanto enamora del tango es la invitación romántica y constante, y más allá de los prejuicios que puede haber entre los más nostálgicos, se abre una puerta para que los jóvenes la reinventen. Vamos los pibes.