El Foro de Cultura Digital 2015 se desarrollará entre miércoles y jueves en el Centro Cultural Kirchner, donde especialistas de todo el mundo disertarán sobre los interrogantes que presentan como desafíos para explotar las facilidades que otorga internet.

Las conferencias tratarán de ahondar en la discusión sobre cómo se financian los productos web, cómo deben actuar los generadores de contenido, cómo redefinir la ley de propiedad intelectual, entre variadas temáticas.

Como figuras centrales estarán Julian Assange, fundador de Wikileaks, y al sueco Peter Sunde, fundador del sitio The Pirate Bay. Además participarán Pablo Capilé, uno de los fundadores de Fora do Eixo y Mídia Ninja; Peter Jenner, ex manager de Pink Floyd y director de Sincere Management; y Sam Lanfranco, representante de la Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números (ICANN).

Entre los exponentes locales figuran Hernán Casciari, fundador de la Editorial Orsai; Víctor Yunes Castillo, secretario de SADAIC; Natalia Zuazo, periodista especializada en tecnopolítica; Ariel Graizer, de la Cámara Argentina de Internet, y los investigadores José Luis Fernández (UBA), Martín Becerra (UBA-UNQ) y Mariano Zukerfeld (UBA-CONICET).

“Lo que mejor sintetiza este Foro es que ante todo hay un Estado escuchando. Tenemos muchas interrogantes, preguntas, temas a resolver y para eso hay que dialogar con el sector. Argentina es un país que está abordando primero el tema de la cultura digital en el mundo, hay distintas políticas desarticuladas, pero todas de avanzada”, explicó Natalia Calcagno, directora nacional de Industrias Culturales, área organizadora del Foro.

“En la revolución digital aún no está resuelta la cuestión económica, la valorización de renta para productores, la reglamentación y el rol del Estado, las leyes, las fronteras y la soberanía. Esto implica la aparición de nuevos actores y desaparición de otros como los sellos musicales tradicionales y una convergencia tecnológica que defina la forma en que se produce y se accede a la cultura”, agregó.

Los foros de diálogo en Argentina se desarrollan desde 2013, pero las posibilidades se ven atravesadas por leyes que no rigen de acuerdo a las condiciones tecnológicas actuales: los grandes tanques se amoldan rápidamente a esquemas de negocios, en el medio, hay usuarios que pagan para acceder a la cultura digital, autores en el limbo del copyright, industrias culturales que desaparecen y otras que emergen, y empresas distribuidoras de conectividad que cada día cobran más.

Hay acuerdos también. Calcagno, dice, que todos coinciden en un “Estado que diseñe programas de apoyo a la creación cultural en el mundo digital”.

La mayor parte de los actores del sector adhieren a que el Estado intervenga “reduciendo la brecha digital porque no se la puede dejar en manos del mercado”, enfatizó Calcagno al hablar sobre un posible apagón analógico en el que “quedaría afuera a mucha gente. Es más profundo y está vinculado al derecho a la cultura, sin conectividad más o menos aceptable no podés mirar nada o informarte. Hay un derecho a la información y a la cultura cercenado”.

Sin embargo, hay puntos polémicos en torno a la transmisión y circulación de bienes culturales, al acceso y a la monetización de la producción cultural, temáticas que exceden, por el momento, cualquier legislación.

“En cuanto a la Ley de Propiedad Intelectual -subraya Calcagno- hay un abanico: Desde que la ley se aplique tal cual al mundo digital hasta que la propiedad como figura tiene que ser abolida, las ideas no son de nadie y son una creación social. En el medio, hay muchas posturas”.

“Nosotros creemos que hay que adaptar la ley al mundo digital. La figura penal para el que no paga derecho de autor es una exageración, el uso de la copia privada no es un delito penal y los consumidores lejos de acceder gratuitamente, pagan más que nunca”, considera la funcionaria.

“Para acceder a Internet hay que pagar un abono caro y hay que tener una buena máquina. Es un gasto enorme proveerse de conectividad, los consumidores gastan más en cultura que antes que existiera Internet, pero no sacrificaron un gasto previo, incorporaron uno nuevo. Entonces, se paga el abono, la entrada, el disco pirata, pero al autor no le llega. La renta existe, pero está trabada y quienes se la llevan son las compañías proveedoras de Internet”, describe la problemática.

Ese espiral trunco que precisa de una nueva valorización y distribución, se abordará mañana a las 17.30, en tanto las nuevas posibilidades de la cultura en la era digital y la modificación de los patrones del consumo cultural, se tratará a las 20.

Para el jueves, la agenda es fuerte. A las 17, se realizará la videoconferencia con Assange, quien hablará de la propiedad intelectual y la libre circulación de la cultura en la era digital, las corporaciones, los gobiernos, la cibervigilancia y los desafíos y oportunidades de la cultura latinoamericana en un orden global hiperconcentrado.

Y a las 18.30 se volverá con los derechos de autor y los alcances y límites de la legislación actual con Peter Sunde (The Pirate Bay), Víctor Yunes (SADAIC) y Martín Becerra (UBA-UNQ). La jornada cerrará con la lectura de conclusiones, el armado de una agenda conjunta y el espectáculo del grupo Barrio Lindo y la VJ Rosario Aless.

Las charlas serán en el 4° piso del CCK (terraza de La Ballena Azul), con inscripción previa, el encuentro también podrá seguirse en vivo por streaming desde las páginas del Ministerio de Cultura de la Nación (www.cultura.gob.ar), del CCK (www.culturalkirchner.gob.ar) y del programa Cultura Digital (digital.cultura.gob.ar).