El mismo día que terminé de leer el libro me crucé con uno de los editores de Páprika que me preguntó "¿Qué te pareció?". Pregunta fatal cuando una todavía está masticando la lectura.

La primera respuesta que verbalicé fue: "Con diez años menos encima me habría gustado más" lo que me ubica en 2005, un pasado para esta novela escrita en 2012 pero en un futuro para la trama que transcurre entre 1998 y 1999; por lo que se deduce de la referencia política al escándalo sexual entre Bill Clinton y Mónica Lewinsky.


Pero no se trata del gusto personal de quien escribe- que sostengo-  ni de la pequeña licencia que me tomé para iniciar esta lectura. "Chica de oficina" es una novela con tintes analógicos que no queda anacrónica en nuestra era digital. Narra la historia de Odile, Jack y su cruce amoroso. También están los nudos entre lo laboral, los intereses y sobre todo aquello que se desea ser/hacer cuando se tiene menos de treinta.

Con cierto aire chick-lit más que nouvelle vague, Meno nos cuenta una historia posible entre dos jóvenes cuyas vidas están en plena ebullición y cambio.  Lo saben aunque la angustia los atrapa.

Odile y Jack vienen del mundo del arte, tienen consumos culturales delineados- que Meno desarrolla habilmente con menciones musicales, de vestimenta, fiestas, cine- y están a la búsqueda de una vida diferente.

Joe Meno apuesta a los guiños constantes; primero la novela tiene tres posibles títulos: "Chica de oficina", "Bohemios" o "Jóvenes en bicicleta haciendo cosas inquietantes"; después vienen las citas: Camus (el choque arte/razón) , Baudelaire (lo urbano) , Debord (la construcción de situaciones). Y en esa estructura, el autor construye su historia que se inicia con  Odile Neff "desertora de la escuela de arte", angustiada ante un darse cuenta que hace o dice cosas para agradarle a los demás, aunque ella no lo desee.

Luego está la historia de Jack, también del mundo del arte, con 25 años, su esposa acaba de abandonarlo y dejarle al gato, que ve cómo su proyecto - las escenas más plásticas son las que Meno narra la pasión de Jack- de grabar sonidos puede quedar truncado ante la vorágine de las responsabilidades y lo laboral.

Meno escribe una historia de amor y angustia. No es Franny y Zooey, pero tiene algunos momentos reflexivos que hacen que el libro no quede en meras- aunque son demasiadas- escenas estéticas de jóvenes andando en bicicleta mientras cae la nieve.

Las preguntas retóricas, las ilustraciones (de Cody Hudson) y las fotografías (de Todd Baxter)- en especial estas últimas en lo que hacen a lo sexual de la trama- aportan a que la lectura fluya y entretenga. Cabe resaltar la traducción esmerada de Virginia Higa que permite apreciar lo lúdico del autor.

Meno lista temas como el aborto, el abuso, la familia, la precariedad laboral o la política como un marco en el que se mueven los protagonistas que buscan estar del "lado de las pequeñas cosas".

El arte los atraviesa y los une especialmente con  el proyecto de intervenciones artísticas que lleva la firma de "Alphonse F.", que propone Odile; una firma que es su verdadero manifiesto aunque ellos los sigan buscando.

El último guiño de Meno es apostar a una "horrible versión cinematográfica de este libro" que apunta a recuperar la observación de lo que rodea a estos jóvenes que sufren, antes de cambiar de siglo, la miseria de la rutina en una Chicago que los cobija y los repele.

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"Chica de oficina" de Joe Meno

Novela, 2015 Páprika

304 p.

Traducción de Virginia Higa

"Office Girl", 2012 Joe Meno.