"Los festejos duraron del viernes 21 hasta el martes 25 de Mayo. La propuesta combinó tradición e innovación, e intervinieron colectivos artísticos, grupos de arte, músicos, escenógrafos y diseñadores. No sólo se logró quebrar culturalmente la operación política que habían derramado las empresas de medios de comunicación hegemónicos y sus súbditos dentro del Congreso Nacional , sino que se inauguró una potente y preciosa estética para los actos oficiales que será utilizada hasta el último día de gobierno". Así resume Mariano Abrevaya Dios los festejos del Centenario que deslumbraron a todos los ciudadanos argentinos y a la patria grande latinoamericana.

En una entrevista exclusiva, concedida a la revista Kranear, Javier Grosman a cargo de la Unidad Ejecutora del Bicentenario contó cómo fue experimentar el armado de la megamuestra por los doscientos años de la revolución de Mayo.

Acerca del rol que tuvo la Presidenta Grosman destacó: "Los principales ejes del proyecto salieron de su cabeza y su corazón". Y agregó que las escenas de los Pueblos Originarios, La Batalla de la Vuelta de Obligado y el Éxodo Jujeño fueron ideas de Cristina Fernández de Kirchner.

Además del megaesfuerzo para coordinar a actores, diseñadores, presupuesto y logística; Grosman tuvo que enfrentarse al lobby mediático y político a la hora de poder realizar el megaevento.

El PRO por ejemplo no les dió el tiempo suficiente, sino que lo redujo a una sola semana, para poder armar los preparativos. Incluso Grosman publicó un artículo en Página 12 llamado "Colapsar o no colapsar" en el que escribió: "En la Argentina vapuleada por el neoliberalismo degradante de la dictadura y los noventa, es imprescindible seguir inoculando dosis periódicas de la vacuna que refuerza nuestra autoestima. Desde hace casi ocho años, el gobierno nacional viene administrando ese plan de vacunación con políticas que ayudan a fortalecer nuestra imagen en el espejo".

Otra traba constante fue el periodista Marcelo Bonelli  quien como señalara Grosman se presentaba como el "adalid del caos de tránsito en el centro porteño" siguiendo los lineamientos del PRO y la oposición que sólo hablaban de "gastos y caos" sin considerar la importancia de los festejos.

Finalmente Grosman destacó "El orgullo de lo propio" y en ver la "cultura como dinamizadora de los procesos sociales. Haber ganado el espacio público fue vital".

Y los festejos del Bicentenario realmente fueron una fiesta.

Podés leer la entrevista completa en revista Kranear