Horacio había pisado suelo argentino en compañía de Massive Attack a fines de los 90, momento de esplendor de ese nuevo sonido británico conocido como trip hop. Andy formó parte de la explosión del reggae en los años 70, la misma década que vio a Bob Marley convertirse en embajador mundial de la música consciente, así como de esa camada de vocalistas que recorrieron las bandejas del mundo a través de sus colaboraciones Dub y diversos éxitos de los sellos jamaiquinos.

Por todos esos motivos la visita del cantante tuvo una sensación de triunfo tras una larga espera. El goce fue frustrado en los últimos años por percances de momento, ya fuera una enfermedad del jamaiquino de 66 años o algún inconveniente relacionado con el extravío de su pasaporte.

You are my angel, Skylarking, Money Is the Root of All Evil, Mr. Bassie, todos de sus años dorados con el sello de la isla Studio One, además de Hymn of the big wheel (Massive Attack) y hasta su famosa versión de Ain´t no sunshine (Bill Withers) provocaron el movimiento de los cuerpos y del humo dulce en el recinto de Palermo.

El grupo de músicos anfitriones en el escenario fue conformado por el trompetista Hugo Lobo con intérpretes de varias agrupaciones locales del género, quienes lograron reproducir con solidez y gran nivel parte del amplio repertorio de Andy.

El ciclo radial La De Dios transmitió el show completo. Imperdible para los que no pudieron estar.