En marzo de este año, Darío Fo cumplió 90 años y se mostraba todavía apasionado por el teatro, la pintura, la escritura y la política que lo llevó a convertirse en un verdadero referente en Italia. 

“Solo me interesa trabajar con los jóvenes. Dar ejemplo. Eso es lo más importante”, solía decir Fo que obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1997 y que siempre mantuvo su posición acérrima contra la Iglesia. 

Fo que publicó dos novelas- Lucrecia Borgia, la hija del Papa. Siruela (2014) y la reciente Hay un rey loco en Dinamarca. Siruela (2016)- tenía cientos de textos de teatro sumados a los de cine y televisión que le valieron una mirada siempre crítica y actual sobre el arte además de varios enemigos, políticos y religiosos.  

El dramaturgo estudió en la Academia de Bellas Artes de Milán, pero rápidamente orientó su vida al teatro; comenzando a trabajar  en la RAI –la televisión pública italiana—como autor y actor de textos satíricos. Desde 1968 junto a Franca Rame, que también fue su compañera de vida, y de Massimo de Vita, Vittorio Franceschi y Nanni Ricordi, fundó el grupo teatral Nueva Scena, con la intención de "recuperar los valores sociales del teatro".

"Con Dario Fo, Italia pierde uno de los grandes protagonistas del teatro, la cultura, y la vida civil de nuestro país", declaró este jueves el primer ministro italiano, Matteo Renzi. Aunque Renato Brunetta, el líder del partido Forza Italia de Silvio Berlusconi en la Cámara de Diputados señaló que Fo "había dividido a Italia". 

Dario Fo solía decir que había tenido una vida “exageradamente afortunada” a pesar de los encuentros y desencuentros con la sociedad y política de su país. 

Fuente: El País/Agencias