Según informa el diario uruguayo El País, Páez Vilaró falleció a los 90 años en su "escultura habitable" Casapueblo, ubicada en Punta Ballena, Punta del Este.

Páez Vilaró vivió en su juventud en Buenos Aires donde comenzó a desarrollarse como artista. Regresó a Uruguay en la década del 40, interesado en el tema del candombe, así se vinculó al conventillo Mediomundo, que "reventó" la dictadura uruguaya.

Páez Vilaró, que hasta hace poco pintaba tambores de las comparsas, nunca se perdía cada febrero de salir en carnaval con la agrupación Cuareim 1080. El nombre se debe a la dirección donde estaba ese histórico conventillo Mediomundo, al que se sumó el artista.

En 1956 dirigió el Museo de Arte Moderno de Montevideo y fue secretario del Centro de artes populares del Uruguay en 1958.

José Pedro Argul lo consideró un artista con "un desprejuicio sin par, un desparpajo ingenuo unido a una condición de trabajo excepcional y técnicas múltiples.

También tuvo notoriedad por la búsqueda de su hijo Carlos, quien fue uno de los rugbiers uruguayos que tuvo un accidente de avión en la cordillera de los Andes en el año 1972, cuando el avión que los trasladaba a Chile se estrelló en plena montaña.