"Empecé a escribir como un ahogado que intenta volver a la superficie" reflexionó Modiano en una reciente entrevista otorgada al diario El País.

La figura del ahogado, imposible escaparle a la referencia freudiana- aunque el autor prefiera la relación con Proust antes que con el psicoanálisis- fluye cuando uno aborda Para que no te pierdas en el barrio.

La trama se inicia con una llamada, que puede tener el efecto de una "picadura de insecto" o que, como rápidamente sospecha el lector, tendrá el efecto de un panal roto de abejas africanas esquizofrénicas tratando de aguijonear la mente de Jean Daragane.

El escritor Daragane, alter ego de Modiano, recibe una llamada inesperada de alguien que se presenta como Gilles Ottolini y quien le notifica que encontró una agenda en el bar de la estación de trenes de Lyon que lleva su nombre.

Pero no sólo se trata de devolver la agenda sino que Ottolini quiere saber sobre una persona que figura en ella: Guy Torstel. Modiano deja que los labios de Daragne pronuncien la palabra chantaje y logra confundir momentáneamente al lector sobre el rumbo de la trama. Aunque el verdadero valor del texto de Modiano está en el misterio de los personajes, nombres y lugares que empiezan a aflorar.

A diferencia de "Al margen" de André Pieyre de Mandiargues donde  la prostitución y la homosexualidad desbordan las páginas, Modiano ofrece una sutileza especial para hablar de ese mundo a través de recuerdos como las visitas en la casa de Saint- Leu- la- Foret  o la novela de Carlo Coccioli "Fabrizio Lupo" que se repiten en sus recuerdos.

Modiano usa a Daragane para contar parte de su vida, el escritor francés fue abandonado varias veces por sus padres en la vida real, como ocurre con el personaje de esta historia.

También hace que Daragane relate cómo inició una novela  La negrura del verano; llenando el texto de procesos y referencias a cómo escribe el propio Modiano (y a cómo no quiere volver a leer lo que alguna vez escribió).

El trauma se lanza como un pulpo de mil brazos y atrapa todo lo que Daragane logra verbalizar en su mente de niño abandonado. Recuerdos que se hacen presentes con repeticiones de nombres como Chantal o lugares como la glorieta de Le Graisivaudan como así también en el doble juego de hacer que su personaje sea otro bajo el apellido Astrand. Daragane no es Modiano, pero podría serlo, Daragane podría ser otro (Astrand) como también podría ser Modiano.

La traducción de Anagrama, a diferencia de otros textos, es amable y permite ver la minuciosa estructura de la escritura de Modiano que no sólo hace de su personaje un buzo que se hunde en recuerdos sino también un observador de la arquitectura urbana francesa asentando aún más la verosimilitud del espíritu de escritor de Jean.

El niño que alguna vez fue Daragane funciona como un pequeño narciso para Modiano que cuenta su trauma pero deja que la ficción lo refugie y haga que el lector dude entre el reflejo y la realidad.

Para que no te pierdas en el barrio, de Patrick Modiano

Novela, 2015

Anagrama

150 p.

París, 2014 Gallimard