La breve historia transcurre en cuatro apartados que se entrelazan con una prosa bella,  por momentos inevitablemente poética, más allá de la crudeza de ciertas situaciones.

"La boca seca" (editada por Mar Dulce, 2014) nos lleva a un universo de esclavos negros donde la fe, los abusos, la brujería parecen situarnos en un tiempo pasado. Sin embargo,  la presentación que se hace del tráfico de sangre y órganos nos devuelve a una realidad más perversa, más tecnológica como para acomodarla en tiempos lejanos. Un tiempo que se nos escapa en forma y continuidad y que por momentos genera una sensación un tanto confusa en la lectura. ¿Quiénes son?, ¿Dónde están?, ¿Cómo pueden ocurrir esos abusos?; preguntas que inmediatamente invitan a otros interrogantes ¿Es necesario saberlo?,  ¿O se trata de fluir con la trama?.

La constante será Milagros, una esclava, que desde un primer momento se presenta como el eje y la  portadora de la llave que puede abrir las historias que se van sucediendo en un mundo que se enrarece al calor de un  sol pensado como "una hornalla de vidrio". Un universo donde la naturaleza se fusiona con cierta ¿ciencia? generando un muestro extraño.

También está el pálpito de lo sobrenatural que circula por las venas de la historia. Se intuye que hay mucho más de lo que se cuenta;  en un espacio y tiempo que exceden al desierto, la urbe  y sus personajes.

En la tercera parte Carnero nos desequilibra con un diario escrito por Jane Rose Valtz, cambia el registro, brinda otro enfoque y nos abre un poco más la cortina para hacernos comprender que estamos leyendo un apocalipsis peculiar. Hay otredades que se nos escapan y que no serán reveladas en una cacería por controlar esa ciencia unida a la magia que parece poner en peligro a la humanidad.

La aridez recorre las páginas de esta novela que acompaña la idea de un final con "boca seca". Lo seco de la incertidumbre.

Novela- "La boca seca" de Marcelo Carnero

Mar Dulce, 2014-  184p.