El libro "Cervantes: la figura en el tapiz" de Jorge García López trata de indagar sobre ese hombre "de su tiempo". Si bien, como señala Winston Manrique Sabogal  en el diario El País, el imaginario suele presentarse al autor del Quijote como en el cuadro de Caballero de la mano en el pecho de El Greco, el Cervantes real excede esa representación.

Jorge García López, señalado como uno de los grandes cervantistas actuales, escribió "una biografía de la que surge un Cervantes nítido, con muchas menos sombras que luces, y por ello renovado. Un hombre menos heroico y menos desgraciado de lo que se ha solido decir; un autor alineado con su tiempo (el “Otoño del Renacimiento”) y conectado al contexto cultural que anuncia la revolución científica; un escritor más complejo de lo que queremos creer, y que exige ser bien comprendido para poder ser convenientemente apreciado".

Entre los mitos que viene a desterrar el autor se destacan:


- Que Cervantes (1547-1616) no fue un héroe, ni un hombre tan desdichado, ni con tan mala suerte, ni un gran intelectual, como ha trascendido.

-Era alegre, cínico, meditativo, metódico, con carácter, y con una gran autoestima. Sabía que era un buen escritor pero se sintió frustrado por no crecer en poesía y dramaturgia.

-“Por cuestiones personales y laborales debe abandonar el teatro al ser nombrado funcionario real como Comisario del Rey, entre los años 1587 y 1601. Son sus años andaluces, es entonces cuando escribe más prosa, más relatos, y empieza a explorar, como los autores de la época, otras corrientes literarias. Se fija en los géneros de moda pero poco frecuentados. Busca singularizarse. Hasta que descubre la nouvelle que se impone en Italia y Francia”.

- Jorge García López señala que uno de los grandes problemas para comprender la obra de Cervantes “es haber aislado al Quijote de su contexto histórico e incluso analizarlo con los ojos de cada presente que lo revisaba y acomodarlo a esa mirada”.

-“Tenía un salario digno y su matrimonio con Catalina Salazar y Palacios, que era mucho menor que él, es bastante normal para la época. Lo enmarco en la cotidianidad de tal manera que, por ejemplo en su testamento ella le deja su ajuar privado ‘por el mucho amor que nos hemos tenido’, dice. Eso desmonta la idea de que Cervantes se separa y va a Andalucía por exigencias profesionales”

- Dos novelas serían clave para cimentar la obra magna de Cervantes: Se cree que el primero fue el texto de Mateo Alemán y su Guzmán de Alfarache, éxito de ventas en 1599.  García López señala: “Truculento y lleno de perfiles escatológicos: crea y confiere identidad a una nueva sensibilidad. Con anterioridad solo los libros de caballerías, las hijas de Celestina y quizá la Diana funcionaban, descubren el mercado y un nuevo lector”.  La otra obra sería el llamado Quijote de Avellaneda que sale en otoño de 1614, que lleva a Cervantes a hacer cambios claves en Quijote de La Mancha.

El libro aborda los supuestos "años de silencio literario  (el decenio de 1590) como el período más activo y crucial: la etapa en la que Cervantes traza y escribe buena parte de lo que será su universo literario, el que lo convertirá a partir de 1605 en unas de las mayores cumbres de la literatura de todos los tiempos. Un Cervantes a la medida del siglo XXI, a las puertas de su cuarto centenario".

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Jorge García López es profesor de Literatura Española e Hispanoamericana en la Universidad de Girona. Ha desarrollado sus investigaciones en el ámbito de la literatura medieval y de los Siglos de Oro y, más recientemente, en el de la literatura hispanoamericana. Ha realizado ediciones críticas de la Visión deleitable y las Novelas ejemplares cervantinas, entre otras. Es coautor de La conquista del clasicismo (1500-1598), tomo 2 de la Historia de la literatura española dirigida por José-Carlos Mainer.

Fuentes: Presentación del libroen España/Diario El País.