Durante un viaje a Lucerna, Suiza, y debido a una falla medular, V se ve multiplicada “n” cantidad de veces, ofreciendo en cada oportunidad, nuevas vidas, independientes unas de la otras.

Así, V tiene la posibilidad de estar de modo consciente en varios tiempos y espacios a la vez; en algunos casos fue encerrada en un neuropsiquiatrico, otras, tomada por chamana, divinidad, niño índigo, o santa. Su constitución (sea hombre o mujer) es diversa, pura variación y movimiento. En una extraña aventura panteísta, donde todos los personajes son uno, la novela funciona, asimismo, como un singular ensayo sobre la indeterminación.

En V (Bajo La Luna, 2017), quinto libro de ficción de Docampo, no prevalece el grado de profundidad descriptiva de la narración (por momentos pseudo periodístico), sino un juego arriesgado en torno a la mirada descentrada en que se va construyendo ese relato. Uno donde se evidencia otro esquema del tiempo. También, un osado estudio de los encadenamientos de los hechos referidos.

Si bien la literatura clásica opera ante todo por encadenamiento de imágenes y subordina los cortes (elipsis) a este encadenamiento; Docampo, en cambio, aplica reencadenamientos sometidos al corte. Al abstraer la narración de casi toda acción sucesiva, abre paso a una pluralidad de mundos simultáneos, o una simultaneidad de presentes en diferentes mundos. Lo que le interesa a la autora (por los desdoblamientos del lenguaje, por sus literalidades, metáforas o alegorías) es el mecanismo cerebral, el funcionamiento mental, el proceso del pensamiento. Es éste el verdadero elemento de su narrativa.

En tiempos en que la novela, en cuanto género, atraviesa momentos normativos (léase reductivos), V propone una búsqueda de restructuración de la realidad a través de nuevas formas de la percepción. 

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Con V, de vidas paralelas

V

Mariana Docampo

Novela, Bajo La Luna

Bs. As., Argentina. 2017 (112 Págs.)