Juan Carlos Virgilio es de esos hombres que tiene la mirada con chispa, y las manos curtidas por el trabajo. Nos encontramos en el bar de la radio La Tribu, más tarde me confesaría que acababa de salir de su primer entrevista en radio y que la mía sería su primer entrevista para un medio.

Se notaba cierta ansiedad en querer contar todo lo que le estaba pasando, una ansiedad que no se plasma en sus cuentos; sino que todo lo contrario: los cuentos de su primer libro Carpincho (Editorial Alto Pogo) nos llevan a un mundo no sólo de maderas y herramientas sino que también hay calles muy porteñas, nostalgia, imaginación y una cuota de picaresca.

Virgilio, un nombre que invita al viaje, presenta Carpincho con ocho cuentos que viran entre lo fantástico como Los inmortales y el interesante Mi aleph- en un claro guiño literario- o que nos llevan al oficio en Una changa, o nos permiten conocer un poco más de Buenos Aires con Parque Chas.

Porque en los textos de Virgilio hay una dedicatoria a sus memorias del pasado; textos escritos con la templanza que da la propia historia recorrida.

Mientras tomamos algo, enciendo el grabador y Juan Carlos empieza a hablar. Tengo la sensación de que ya nadie lo va a parar.

- ¿Por qué elegiste llamar Carpincho a tu primer libro de cuentos?


Juan Carlos Virgilio JCV- Yo soy carpintero;  siempre está el carpintero "fino"; está el carpintero a secas y el otro atorrantón que es el carpincho: un poco despectivo aunque también se dice cariñosamente. Uno dice "Es un carpincho cualquiera" o que se necesita un carpincho cuando hay que hacer una pavada, como agacharse y poner un zócalo.  Yo ahora como me estoy poniendo viejo, y cada vez hago menos cosas... primero era ebanista, después mueblero y ahora ya soy ¡carpincho!. Yo primero no estaba seguro de ponerle ese nombre al libro pero ahora que lo veo me encanta.



- Cuando uno lee tus cuentos si bien hay ficción también se pueden ver nostalgias, experiencias del oficio y autobiografía que se trasluce todo el tiempo...

JCV- Yo empecé escribiendo;  pensando: "soy un carpintero que quiere contar cosas". Si las puedo contar bien como para que se puedan leer,  mucho mejor.  Me cuesta muchísimo expresarme escribiendo, es un lenguaje nuevo. Me cuesta romper el tabú de empezar a escribir...


- Y hay algo que lo ayude a lograr fluidez con la escritura? ¿Alguna estrategia?


JCV- Me estoy descubriendo todos los días, y muchas cosas las resuelvo de noche. Por ejemplo, el primer cuento del libro Los inmortales surgió leyendo acerca de la ciudad de Agartha y su relación con el ocultismo y el desierto de Gobi, que hay intelectuales que viven ahí para estudiar la humanidad y que tienen una biblioteca entonces,  así empecé el cuento. Y después pensé en dos tipos que vivían en Palermo y ¿qué hacen? me costó imaginarme primero los personajes. También comparé personajes mitológicos como Ícaro y lo comparé con un amigo mío, un atorrante un amigo.



-¿Necesita el personaje antes que la historia?


JCV- Claro, necesito pensar qué hacen, quiénes son y a partir de eso empiezo a escribir.

- Escuché que decía que empezó a escribir en el 2001 producto de la falta de trabajo pero que sólo escribía cuentos por que sentía que se le acaba rápido lo que tenía para decir. ¿Cómo se ve trabajando en una novela?

JCV- En una novela no sé. Yo me estoy defendiendo con los cuentos más cortos. Ya los que son un poquito más largos me cuesta mucho. Yo escribí unos cuentos, después Marcos Almada (el director de Alto Pogo) me incentivó a seguir escribiendo, fue él que me dijo que podía. Esto empezó hace tres años, me invitó a una lectura y pensé que no iba a poder hablar, un día fui a una reunión y vi que podía agarrar un micrófono, que podía hablar, escribir.

- Insisto con que cuando uno lee sus cuentos puede imaginárselo a usted o a sus amigos viviendo un poco esas historias...

JCV- Cuando uno escribe, cuando uno habla muestra todo lo que uno es, su pasado, frases, nombres personajes que uno conoció a lo largo de los años. Hay cosas de mi viejo, que también era carpincho, atorrantón y gente amiga.
Uno tiene que escribir lo que se le ocurre en el momento. Lo próximo en lo que voy a trabajar será una línea más picarona.

Juan Carlos Virgilio: Nació el 9 de Julio de 1938. En el 48 lo atrapa Buenos Aires, con la secuencia Villa Crespo, Palermo, Olivos. Porteño, tanguero y carpintero a toda viruta por sangre y convicción. Carpincho es su primer libro de cuentos.

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Juan Carlos estará leyendo junto a Hernan Ronsino, Sebastián Basualdo, Valeria Verona, Fabio Rivas Rivera y Gilda Manso algunos de sus textos en el ciclo Los Fantásticos. Miércoles 11 de junio 19 hs-  en La Libre San Telmo- Bolívar 646 San Telmo. GRATIS.