Si bien la campaña oficial comenzará después del 22 de junio, cuando se presenten formalmente a los precandidatos, en el conurbano ya se respira clima electoral. En algunos lugares con más certezas y acciones concretas, en otros, tal vez con un poco más de cautela. Lo cierto es que todos manejan números y analizan bien qué estrategia implementar.

En la Ciudad de Buenos Aires hay un comando central que produce información de manera constante. Mediante encuestas y manejo de big data, se elaboran mapas que indican el nivel de aceptación de Cambiemos en cada barrio del conurbano.

“Tenemos un mapa como si fuera de calor, donde vemos las zonas en que mejor nos va y las más complicadas. A partir de eso decidimos dónde hacer los timbreos”, le explicó a Diario Registrado uno de los armadores de campaña en la zona sur.

De este modo, las estructuras locales tienen la capacidad de saber en qué barrio es necesario un discurso para salir a disputar el voto y en cuáles hay que ir a reforzar el propio.

Los timbreos no son sólo una puesta en escena. Como se sabe, una parte del timbreo está ‘prearmada’ para los spots pero el mecanismo se aplica de manera cotidiana. “Vamos al azar. Dicen que está armado cuando no es así”, contó otro responsable de campaña, en este caso de un distrito del oeste.

Sobre la funcionalidad actual del timbreo, esta misma fuente se mostró partidario de “usarlo lo menos posible”. “Mucho del efecto del timbreo se lo come la coyuntura económica”, opinó.

Si se piensa en lo que creció Cambiemos en el conurbano, el PRO ha obtenido buenos resultados con sus mecanismos; lo que no implica que no haya imprevistos. “La gente es respetuosa. Te plantea su disconformidad de forma tranquila. En casi 5 años tuve una sola mala experiencia con un carnicero. Fue en 2016, en los primeros cambios de tarifas. No pasé más por la puerta”, contó un asesor político.

Una primera diferencia de trabajo se ve entre los distritos donde Cambiemos es gobierno y en donde es oposición.

Por ejemplo, los timbreos en Merlo arrancaron hace dos semanas. Juan Gómez Centurión, que busca ser el candidato a intendente, recorrió entre otras localidades, San Antonio de Padua. En cambio en Morón, donde gobierna Ramiro Tagliaferro, todavía no arrancaron la campaña. Una fuente del distrito le dijo a este medio el oficialismo se encuentra en el proceso de armado del equipo que tendría a gente del municipio encargada de la tarea.

En San Antonio de Areco, tampoco arrancó la campaña ni hacen timbreos. Aunque sí están en contacto con vecinos todas las semanas. Algo similar sucede en Moreno, donde los timbreos recién van a empezar más cerca de la campaña y actualmente solo hacen charlas mano a mano.

A nivel nacional y provincial también se organizan jornadas de timbreos, con bastante antelación, en las que participan los referentes más importantes del partido. Sin embargo, desde la profundización de la crisis económica mermó la actuación de algunos funcionarios.

En los municipios donde Cambiemos es oposición, otra manera que tienen de marcar presencia es a través de “El Estado en tu Barrio”, un programa que arrancó en la gestión de Cristina Kirchner. Lo maneja Nación y lo que se hace es montar oficinas públicas de manera itinerante para hacer el DNI, la SUBE o tramitar subsidios. Momento ideal para que los candidatos hablen la gente.

Sobre los números que maneja Cambiemos, la mirada es muy diferente según el distrito del que se hable. La crisis económica afecta directamente la valoración de Mauricio Macri, pero no sucede lo mismo ni con María Eugenia Vidal ni con los intendentes.

Por ejemplo, respecto de 2015, la gobernadora mejoró su intención de voto en los municipios históricamente peronistas. Esto podría haberle sido más útil si se lograba desenganchar las elecciones provinciales de las nacionales. Pero se votará todo junto.

El factor Cristina también es decisivo. En caso de presentarse, la ex Presidenta le dará un plus enorme a los candidatos peronistas de la tercera sección (zona sur y La Matanza). Aunque, al mismo tiempo y según la mirada de Cambiemos, la senadora del FpV perdería en todas las otras secciones.

En la misma línea, desde adentro de Cambiemos, sostienen que de no presentarse Cristina se pierde la polaridad y el avance de candidatos como Lavagna podría complicarle quedarse con algunos bastiones que ya los tenían pintados de amarillo.