Donde edificios y ladrones se juntan, aparece la modalidad de robo “hombre araña”. Y allí donde hay “hombres araña” que no verifican que no haya nadie en el departamento que van a robar, se exponen a ser derribados de un trompazo.

Eso le ocurrió a un individuo que escaló un edificio de Ramos Mejía, en el oeste del conurbano, y al llegar a la ventana por la que ingresaría al lugar del robo, fue bajado de un certero golpe, que le hizo caer estrepitosamente desde el primer piso.

 Conclusión: aunque renqueando, el arácnido humano debió huir raudamente en auto de la zona con otro sujeto que hacía las veces de “campana”. No obstante, ambos quedaron escrachados por las cámaras de seguridad del barrio.