En la avenida Pedro Bonifacio Palacios, en Ramos Mejía, cedió, en abril de 2014, un enorme tramo de asfalto. De esta manera quedó el arroyo Maldonado a cielo abierto. Posteriormente en enero 2016 otro tramo tampoco resistió. La obra para volverlo a entubar quedó paralizada unos meses atrás, y las quejas de los vecinos no se hicieron esperar.

Olores nauseabundos, bajas en las ventas de los comerciantes, inseguridad, poca accesibilidad, barro y peligros de inundación fueron tan solo uno de los problemas que los frentistas de esta avenida tuvieron que sufrir. También piden la presencia de luminarias ya que en algunos tramos, dicen, parece una "boca de lobo".

Alejandro Fernández, un vecino, denunció por redes sociales que "en Mármol y Constitución desde que empezaron la obra del Maldonado y la abandonaron dejando el río abierto, todo se inunda peor".

Diario Registrado se comunicó con este vecino quien aseguró que "siempre se inundó pero desde que empezaron y abandonaron la obra, empeoró considerablemente" y sobre el cese de los trabajos sostuvo: "En este tramo llevan mes y medio, pero la obra en otras partes a unas cuadras lleva años".

En la intersección de la avenida Palacios y la calle Bolívar, según informó el1digital finalizaron parte de las obras pero el tránsito sigue interrumpido. En ese medio también se explica que, en los últimos tiempos, los inconvenientes aumentaron porque detectaron, en varias zonas, la presencia de aguas servidas.

El año pasado, la obra se frenó a la altura de Atuel porque, según se informó, se toparon con un caño de AySA. Según explicó la comuna a Clarín deben pedir un 20% extra de presupuesto para hacer el empalme y terminar la obra porque pasa por debajo de las veredas y hay peligro de derrumbe.