Un grupo de vecinos de Nordelta se resistió a que se aprueba el ingreso de los colectivos de línea al megaemprendimiento inmobiliario ni tampoco apoyaron al personal doméstico que trabaja allí en contra de las líneas de combis que los discriminaban para acceder a las casas.

Por unanimidad se aprobó el proyecto de ordenanza presentado por el intendente Julio Zamora para que el colectivo 723 ingrese a la troncal pública que comunica a los distintos barrios del megaemprendimiento inmobiliario.

El problema radica en que el colectivo no podrá ingresar inmediatamente dado que al proyecto original se agregaron dos artículos que establecen un plazo de 60 días (que podría ser de hasta 30 más) para que se adapten “las medidas necesarias tendientes a la efectivización del servicio descrito en la siguiente ordenanza”. 

El problema radica que durante los próximos 90 días (si se extiende el plazo) los trabajadores de Nordelta continuarán viajando en el servicio de combis privadas MaryGo (único acceso) que fue denunciado por un grupo de empleadas por discriminarlas por su procedencia o por su tareas de trabajadoras domésticas.