Para una gran parte de los lectores de esta nota, la palabra 'churrineche' puede no significar nada más que una factura larga y enroscada. Pero para cualquiera que alguna vez caminó por el centro de Quilmes, en esa tumultuosa  peatonal Rivadavia, o por las calles de Bernal que están próximas a la iglesia de Don Bosco, 'Churrinche' es la sonrisa entrañable de uno de los personajes más queridos de zona sur. Lamentablemente, este martes por la mañana, la policía confirmó su fallecimiento, a los 47 años. 

 Hasta donde se sabe, Churrinche no tiene familiares por lo que se dispondrá de su cuerpo, que seguramente, será enterrado en el Cementerio de Ezpeleta, informó el diario El Sol de Quilmes. 

"Nadie sabe con certeza en qué barrio quilmeño vive el errante Churrinche, aunque todos saben que Quilmes comienza donde anida Churrinche. Como su apodo lo señala, este hombrecito es una especie de pájaro que con su vuelo suburbano corrige el chiquitaje del cielo cotidiano. Dicen que tiene cincuenta y pico, dicen que nació en una de las villas que rodean al centro de Quilmes, dicen que su verdadero nombre es Claudio, dicen que su tapado debiera ser la bandera de Quilmes, dicen que se tiñe el pelo de rubio (porque se ha dorado con los soles clandestino que se desatan en la noche del conurbano), dicen que en las muchas bolsas que arrastra, de un lado a otro, guarda los juguetes envejecidos de la ciudad, las sortijas de las desaparecidas calesitas, los olores de las viejas confiterías de Quilmes; dicen que es un encantador de perros, que cual flautista de Hamelin , lo siguen al escuchar su singular sonrisa; dicen que  dicen que dicen… y todo esto que dicen es lo que hace de Churrinche el personaje más folklórico de Quilmes", contaba Pedro Patzer en una columna escrita a Diario Registrado el 11 de septiembre de 2015, hace casi un año atrás. 

Miles de usuarios en las redes sociales despidieron a este hombre que, con su carisma se ganó el corazón de toda una ciudad y alrededores.