La gobernadora y presidenta del PRO bonaerense, María Eugenia Vidal, encabezó una reunión del Consejo Directivo Provincial partidario, en la que dijo que todos los espacios políticos que integran Cambiemos conforman "un mismo equipo".

"No siento diferencias, siento que somos parte de un mismo equipo. Esto se ha ido consolidando este año a través del trabajo que hemos hecho", expresó en ese encuentro la mandataria bonaerense y principal figura del macrismo en la Provincia. Sin embargo, no en todos los municipios los equipos patean para el mismo lado. Repasemos algunos ejemplos con lo sucedido en estas semanas en los Honorables Concejos Deliberantes de Quilmes, Avellaneda, San Miguel, Pilar y Florencio Varela.

En Quilmes la UCR rompió filas con el intendente Martiniano Molina y partió el bloque de concejales de Cambiemos. Tras varios meses de tensión, el desplazamiento del subsecretario de Servicios Públicos local, Víctor Mariuchi, hombre del radical Fernando Pérez, terminó por romper la alianza Cambiemos.

Los 3 concejales boinas blanca, Mariano Camaño, Raquel Vallejos y Cristina Álvarez, conformaron un nuevo bloque en el concejo, junto a Susana Maderal, presidenta del partido GEN a nivel local. Llamativo el dato de que la concejal de Margarita Stolbizer, que ahora se fugó con los radicales, fue hasta hace pocos días parte del bloque Cambiemos en Quilmes.

Pero si se trata de peleas de equipo dentro del PRO, una de las más fuertes se produce en Avellaneda. Allí, el concejal Daniel García rompió hace rato con el sector del PRO que conduce el concejal Sebastián Vinagre y la excandidata a Intendente e interventora del SOMU, Gladys González. Estos acusan a García de actuar junto con el intendente del FpV, Jorge Ferraresi. Por su parte, García armó su propio bloque en agosto pasado, pero las peleas siguen.

La semana pasada Daniel García denunció una supuesta extorsión de gente de Gladys González, que le mandaron un mensaje privado con una imagen pidiéndole que "ponga algo" para que no hablen de él. En esa foto aparece Daniel Lewicki, el concejal del PRO de Avellaneda y funcionario del ministerio de Trabajo que tristemente saltó a la fama porque el fin de semana pasado fue detenido en un control policial por manejar borracho y no quería hacerse el test de alcoholemia.

No todas son pálidas para Cambiemos en los concejos. Lo curioso es que la buena noticia llega desde la pata peronista del oficialismo, más precisamente de parte del ministro de Producción e intendente en uso de licencia de San Miguel, Joaquín de la Torre.

Recordemos que el ‘Gordo’, como le dicen al jefe comunal, revalidó el cargo en las últimas elecciones dentro del Frente Renovador y luego dio el salto al gobierno de Vidal. Ahora De la Torre logró pasar a todos sus concejales a Cambiemos conformando, el bloque PJ CAMBIEMOS. 

Desde el kirchnerismo se quejaron del nombre 'PJ Cambiemos', de hecho, una fuente del espacio contaba con pesar que el nombre de ese bloque le recuerda a "una pintura surrealista".

Lamentos e indignaciones al margen, lo cierto que ahora en San Miguel el oficialismo tiene 15 concejales más un aliado de la UCR. El número no es menor, ya que pasan a ser el bloque de concejales de Cambiemos más grande de todo el conurbano. Sí, el espacio más grande de concejales del oficialismo lo armó un intendente peronista.

Si hablamos de movimientos subterráneos, hay que contar lo que pasó en Pilar, municipio que gobierna el macrista Nicolás Ducoté y donde por estos días limpiaron de la presidencia del Concejo al massista Osvaldo Pugliese. 

Desde la gobernación sienten que no le está yendo muy bien a Ducoté y por eso le mandaron en socorro a Jesús Cariglino. El barón caído de Malinas Argntinas es otra de las incorporaciones peronistas del oficialismo.

En el HCD de Pilar, Cariglino tiene a Gustavo Trindade, quien resultó electo como nuevo presidente del Concejo. Para ello, Cariglino logró el apoyo tanto de Cambiemos como de las distintas vertientes locales del Frente para la Victoria. El exintendente de Malvinas, además puso hombres propios en distintos estamentos del municipio. 

Pilar no es el único distrito donde removieron al presidente del Concejo. Una situación similar se produjo en Florencio Varela, aunque en este caso, fue favorable para el Frente Renovador.

En Varela, gobernada por Julio Pereyra -el barón más antiguo del FpV que queda en pie- la presidencia del Concejo la tenía el PRO. De hecho era el único distrito opositor donde pasaba eso. En el verano, los macristas habían logrado un acuerdo con Frente Renovador,  para poner al frente del HCD a Dardo Otonello.

Pero resulta que en el PRO hay una interna entre Otonello y Pablo Alaniz, hombre del jefe de Gabinete Marcos Peña. Según contó el portal La Política Online, Peña le sacó el apoyo a Otonello en el Concejo, por lo que los hombres de Pereyra aprovecharon para cobrarse revancha y votaron a favor de que el massista Daniel Zisuela tome la banca.

Mientras desde lo discursivo Cambiemos se vende a sí mismo como un gran equipo de trabajo que tira todo para el mismo lado, por abajo, lo que se aprecian son los mismos movimientos en los que vive inmerso cualquier espacio que disputa poder. Conflictos, internas, disputas con aliados y ajenos, y acuerdos con todos los partidos en busca del beneficio propio. No se trata de hacer un juicio de valor, sino más bien de apreciar que, en definitiva, el oficialismo no es ajeno al juego tradicional de la política.