Aunque no está diseñado ni fabricado para transportar pasajeros sino para el traslado de mercaderías, con una capacidad de hasta diez toneladas, el megadirigible Airlander 10 se presenta como la nave voladora más grande de la historia.

La empresa fabricante, Hybrid Air Vehicles, presentó el dirigible en Carlington, Inglaterra, donde se explicó que está hecho de fibra de carbono y kevlar y se llena con 38 mil metros cúbicos de helio, un gas inerte más liviano que el aire –no explota ni se quema– que le brinda el 60 por ciento de la elevación y sustentabilidad, combinado con propulsores y el uso de la aerodinámica.

El Airlander 10 está proyectado para el transporte de mercancías, algo para lo que es especialmente apropiado gracias que puede cargar diez toneladas y volar cinco días de forma ininterrumpida, recorriendo hasta 3.400 kilómetros sin repostar.

Aunque no puede superar los 150 kilómetros por hora, su ventaja es que puede alcanzar zonas de difícil acceso, como lugares donde se ha producido alguna catástrofe y no existe aeropuerto. De hecho, no necesita pista para posarse o despegar y puede hacerlo en terrenos escarpados o incluso sobre el agua.