¿Qué es la felicidad? ¿Puede medirse? ¿Hay una fórmula para buscarla? Son algunas preguntas que acompañan a los seres humanos desde hace varios siglos. 

"Nací feliz y, a medida que me involucraba más en la vida, más infeliz me volvía", aseguró Mo Gawdat, un ingeniero y directivo de Google que comenzó a buscar respuestas a esas preguntas tras la muerte inesperada y repentina de su hijo. Ali, con solo 21 años durante una operación de rutina que terminó de la peor manera. 

En la presentación de su libro "Solve for Happy", Gawdat relató: "Me quejaba de todo y constantemente intentaba tener el control. Compré coches, gasté dinero e intenté llenar el vacío de mi alma de cualquier manera. Pero no funcionaba". 

Finalmente tras varios años de reflexión y de análisis de variables, el ingeniero llegó a la "solución":  "La felicidad es igual o mayor que los acontecimientos de tu vida menos tu expectativa de cómo debería ser la vida".

De esta forma Gawdat relacionó directamente la felicidad con la percepción que tienen las personas a la hora de darle importancia, o no, a ciertos acontecimientos. 

"La felicidad no es lo que el mundo te da. La felicidad es lo que pensás de lo que te da el mundo. Si pensás en ello, siempre verás que hay algo por lo que estar agradecido y ser feliz", planteó Gawdat. 

En la hipótesis que desarrolló, el ingeniero destacó que hay seis barreras que impiden una visión real del mundo: el pensamiento, el yo, el conocimiento, el tiempo, el control y el miedo.

También recomienda no preocuparse por lo que todavía no ha ocurrido; se abona el viejo "carpe diem": para ser felices hay que vivir en presente. 

Además de esas barreras, debemos lidiar con  siete ítems que llevan a ver una realidad distorsionada: filtrar, asumir, atrapar, recuerdos, etiquetas, emoción y exagerar. El cruce de las barreras, los ítems y los acontecimientos será lo que permita aplicarnos el algoritmo y ver, según Gawdat, qué tan felices somos.