A pesar de que Stephen Hawking ya no puede moverse debido a la devastadora y progresiva enfermedad que lo aqueja desde los 12 años, no le impidió convertirse en el físico teórico más importante de nuestra época y todavía sigue dando entrevistas.

Gracias a los músculos de su rostro, que se convirtieron en las últimas herramientas corporales que le permiten activar un sensor acoplado sobre sus anteojos y así activar así la ya legendaria voz robótica que sale de su computadora, concedió una entrevista con los lectores del diario español El Mundo en la que aborda uno de los temas esenciales sobre el que se sustentan todas sus teorías: la existencia de algún dios.

Entre otras declaraciones, el autor de 'La teoría del todo' y 'El gran diseño' confirmó que "sí conseguiremos entender el origen y la estructura del Universo... De hecho, ahora mismo ya estamos cerca de lograr este objetivo. En mi opinión, no hay ningún aspecto de la realidad fuera del alcance de la mente humana".

Como conclusión lógica a tal afirmación, Hawking reiteró lo que viene sosteniendo desde décadas atrás, ganándose entre sus formidables enemigos a las iglesias de toda clase y envergadura: que no existe un dios, que no hay ningún dios.

En su libro 'Breve historia del tiempo' había escrito que si algún día lográramos comprender la teoría cosmológica global, seríamos capaces de conocer "la mente de dios". Ahora aclaró que "lo que quise decir cuando dije que conoceríamos 'la mente de Dios' era que comprenderíamos todo lo que dios sería capaz de comprender si acaso existiera".

Más explícito, subrayó: "Pero no hay ningún dios. Soy ateo", concluyendo que "la religión cree en los milagros, pero estos no son compatibles con la ciencia".