Los datos aportados por las tres sondas SWARM, que fueron lanzadas con la misión de estudiar el campo magnético, confirmaron un debilitamiento del campo magnético.

Su cambio más dramático se produjo en el hemisferio occidental, informó la ESA. En otras zonas como el sur del Océano Índico, el campo magnético aumentó desde las primeras observaciones de SWARM, que también ha registrado una migración del polo norte magnético hacia Siberia.

Durante los últimos 200 años, el campo magnético que protege a la Tierra de la radiación espacial se ha reducido aproximadamente en un 15 por ciento y, según varios estudios, ello podría ser una señal de la reversión geomagnética o del cambio de la polaridad terrestre, advierte el diario Daily Mail.

El debilitamiento de la magnetósfera podría exponer a la Tierra al devastador viento solar, capaz de agujerear su capa de ozono, cambiando drásticamente el clima y aumentando las tasas de cáncer, opinan los científicos.

Si bien este proceso ya tuvo lugar varias veces en el pasado, su prolongación podría conllevar consecuencias irreversibles para la humanidad, destruyendo la capa de ozono y convirtiendo el planeta en un mundo inhóspito y desierto como Marte.