Según un grupo de aficionados canadienses que trabaja para registrar las impresionantes auroras boreales, no se tenía registro en toda la historia de un fenómeno así: lo llamaron "Steve" y se trata de una luz violeta que cruza el cielo en forma vertical.

Eric Donovan, profesor de Física de la Universidad de Calgary, Canadá, reconoció que en las auroras habituales las longitudes de onda emitidas por las colisiones de protones no son visibles, por eso se dio cuenta de que estaba ante un nuevo fenómeno atmosférico.

La explicación técnica describe las auroras "normales" como parpadeantes cortinas de luz en los cielos sobre los polos, causadas por corrientes de partículas cargadas, canalizadas por el campo magnético de la Tierra y que penetran en la atmósfera. A medida que los electrones chocan con los diferentes gases, se pueden ver emitir diferentes colores de luz.

El nombre "Steve" responde a la película infantil "Vecinos invasores"´, donde los personajes utilizan ese nombre para referirse a algo que nunca habían visto, según reprodujo Infobae.

Donovan avanzó en la recopilación de datos de los tiempos y lugares de aparición de Steve y los comparó con los datos recabados por la misión de campo magnético Swarm, perteneciente a la Agencia Espacial Europea (ESA). Entonces descubrió algo muy importante: su altísima temperatura.

Cuando los satélites se posaron 300 kilómetros por encima de la superficie, advirtieron que la temperatura del aire dentro de la columna era 3.000ºC más caliente que el aire que la rodeaba. 

Aunque hay muy poca información, se sabe que no es aurora típica y que el fenómeno es bastante recurrente: "Resulta que, al final, Steve es un fenómeno bastante común, pero que no habíamos notado antes. Esto fue posible gracias a las observaciones desde el terreno, los satélites, el acceso a la información y al ejército de científicos ciudadanos que sumaron fuerzas para documentarlo", sostuvo Roger Haagmans, investigador de la ESA.