En 2016 y en el Pucará de Tilcara, un equipo de investigación arqueológica del Conicet halló el esqueleto de una mujer que aparentemente había tenido un destacado prestigio social durante la dominación incaica de la región.

Sus restos estaban colocados en posición genuflexa, junto a diversidad de piezas cerámicas, huesos de animales, cuentas de collar, placas de metal, un tubo de hueso que pudo ser parte de un instrumento musical o para inhalar alucinógenos,y también  pigmentos, bloques de pedernal, y dos morteros con adherencias de mineral de cobre y hematita.

Los resultados alcanzados a partir del análisis contextual de las evidencias recuperadas en torno al cuerpo de la mujer y los estudios particulares sobre sus restos demuestran, permitieron crear un perfil o identikit digital que muestra cómo se veía mientras estaba viva y con todo su ornato.