En un comunicado, el jefe de la Dirección de Restauración de Egipto, Garib Sonbul, explicó que el sepulcro de piedra hallado en una vivienda, cuando se habían iniciado excavaciones para refaccionarla, "fue tallado en una montaña, y luego trasladado durante la época faraónica a su lugar actual", en la ciudad moderna de Al Husainiya. 

Se trata de un bloque único de piedra apoyado sobre una base de unas 65 toneladas que contiene un ataúd de piedra "que probablemente sea de basalto o diorita".

Asimismo, en una de sus paredes hay restos de un texto jeroglífico, que podría ofrecer pistas a los arqueólogos como para conocer de quién es la tumba.

Por su parte, el director del sector de Antigüedades, Ayman Ashmaui, explicó que los expertos estudiaron el terreno a petición de un ciudadano que quería ampliar su vivienda, adyacente al lugar donde hallaron el sepulcro. Y agregó que el sepulcro había sido descubierto por primera vez en los años cincuenta por el egiptólogo británico Flinders Petrie, aunque por algún extraño motivo fue olvidado hasta su actual redescubrimiento.