Un hombre de 29 años tuvo que ser atendido de urgencia en el hospital al perder temporalmente la vista del ojo izquierdo luego de haber tenido una intensa noche de sexo.

Según un artículo publicado en el British Medical Journal, el hombre se despertó con una obstrucción en la visión central de su ojo, y como el diagnóstico no era claro, tuvo que regresar tres días después.

En su segunda visita, el médico le consultó por su vida sexual, y ahí el paciente recordó que la noche anterior a quedar ‘ciego’, había tenido un encuentro de “sexo vigoroso”; y con este dato clave, le diagnosticaron una hemorragia que bloqueaba parte de su visión.

La explicación científica fue que durante el orgasmo, el hombre realizó una maniobra de Valsalva: tensionó los músculos abdominales a la vez que contuvo la respiración, y la acumulación de presión resultante hizo saltar un vaso sanguíneo.

“Durante el orgasmo, la maniobra de Valsalva puede producir un aumento repentino de la presión venosa retiniana que da como resultado la rotura del vaso y la retinopatía hemorrágica; la retinopatía de Valsalva se trata de forma conservadora y los síntomas del paciente se resuelven espontáneamente sin intervención”, explicaron los médicos en el informe.

De acuerdo con los especialistas, “los efectos autonómicos del orgasmo en el ojo son bien conocidos y se han asociado con otras patologías oculares, incluido el glaucoma de ángulo cerrado”. La lesión del joven fue temporal y solo se han registrado seis casos.