Como es sabido, los hallazgos y descubrimientos científicos no suelen ser noticiables para los grandes medios. Pero hubo algunos que durante el año que termina cobraron cierta relevancia mediática.

Por ejemplo, el gran final de la sonda Cassini, que luego de orbitar durante 13 años alrededor de Saturno acabó zambulléndose en la atmósfera de ese planeta y se destruyó, tal y como había previsto la NASA.

Según la Agencia Espacial de los Estados Unidos, la exploración de Saturno, sus anillos y lunas, transformó la comprensión de los mundos oceánicos, donde potencialmente la vida podría existir.

El descubrimiento del primer sistema de siete planetas de un tamaño similar al de la Tierra orbitando alrededor de una sola estrella, con tres planetas en “zona habitable”, fue también uno de los hallazgos mediáticos de la NASA, efectuado por el telescopio espacial Spitzer.

La lista de exoplantetas potencialmente habitables fue engrosada, como viene ocurriendo en los últimos años, por el telescopio espacial Hubble.

Más cerca de nosotros, el proyecto internacional Scan Pyramids anunciaba en noviembre el hallazgo de una cámara hasta entonces desconocida en la gran pirámide de Guiza, que se realizó usando imágenes basadas en los rayos cósmicos que bombardean continuamente la superficie terrestre.

Más espectacular aún, recientemente se oficializaba que la Tierra tiene ocho continentes en lugar de siete, con la incorporación de Zelandia o Zealandia, continente hundido descubierto por un equipo de investigadores de la División de Ciencias Oceánicas de la Fundación Nacional de Ciencias de los Estados Unidos.

Con un tamaño similar al de la India, desapareció bajo las aguas del océano Pacífico hace más de sesenta millones de años, al mismo tiempo que se formaba el Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las zonas volcánicas más activas del planeta.

Otro descubrimiento que dio que hablar fue el de un nuevo mecanismo de reparación del ADN a través del casi banal ‘copy & paste’: científicos norteamericanos y asiáticos desarrollaron la tecnología de edición de genes.

Con la técnica denominada CRISPR, cortaron un gen paterno con cardiomiopatía hipertrófica en el lugar correcto y dejaron que el gen materno sano lo reparara con su propio código genético, libre de la enfermedad.

Otro avance importante y con notoriedad mediática fue el realizado por científicos del laboratorio eGenesis de la Universidad de Harvard: también usaron el CRISPR para eliminar en animales vivos genes de retrovirus del genoma del cerdo.

Con los primeros cerdos libres del retrovirus porcinos endógenos (PERV), se alimina una barrera que parecía insalvable para futuros trasplantes de órganos entre animales y humanos.

Un cráneo y huesos de Homo Sapiens encontrados en una cueva del yacimiento marroquí de Jebel Irhoud, fue datado en 300.000 años, lo que significa que son 100.000 años más antiguos que los fósiles de Etiopía que ostentaban el récord de antigüedad.

El hallazgo sugiere que los procesos evolutivos que llevaron a la aparición de los humanos modernos pueden no haber estado confinados al este de África, como se creía hasta ahora.

Para la revista especializada ‘Science’, sin embargo, la lista de grandes descubrimientos de 2017 es encabezada por la observación de la fusión de dos estrellas de neutrones, a través de sus ondas gravitacionales predichas por Einstein.

Por primera vez en la historia, diversos telescopios tomaban imágenes de la fusión de dos estrellas de neutrones, fenómeno llamado kilonovas, que implosionaron cuando giraban una alrededor de la otra en la constelación Hidra, a 130 millones de años luz de la Tierra.