En septiembre de 2014, varios observatorios de la NASA (La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio, por sus siglas en inglés) tuvieron la oportunidad de ver el inicio de lo que parecía una erupción solar.

Un filamento - una estructura serpentina consistente en material solar denso y frecuentemente asociado con erupciones solares - subió de la superficie, ganando energía y velocidad a medida que se elevaba.

Pero en lugar de salir del Sol, el filamento se derrumbó, desmenuzado en trozos por fuerzas magnéticas invisibles ofreciendo un nuevo dato sobre "el autocontrol" del astro rey.