No es nada nuevo que el exceso de azúcares resulta perjudicial para la salud.  Sin embargo, un estudio realizado demostró que no importa si se consume poco o mucho los efectos siempre serán desencadenantes de trastornos.

Diabetes, enfermedades cardíacas y obesidad encabezan el listado de los problemas derivados por el consumo de glucosa.  El estudio fue realizado por el doctor Robert Lustig, referente científico del departamento de pediatría de la Universidad de California, en Estados Unidos.

Cuarenta y tres niños de raíces hispanas y afroamericanas de entre 8 y 18 años de edad con sobrepeso fueron los casos estudiados durante nueve días.

El único cambio que se introdujo en la dieta de cada uno de los niños fue el reemplazo del azúcar procesada por almidón, sin reducir la cantidad de calorías que consumían habitualmente. Todos los participantes fueron pesados a diario y, en los casos se observó una disminución de peso notoria.

También mejoraron los niveles de triglicéridos, insulina y de lipoproteína de baja densidad (colesterol LDL). Se observó también una disminución en la cantidad de grasa en el hígado, lo cual ratifica que el azúcar contribuiría a enfermedades crónicas.

Lustig afirmó a la revista Time que su estudio aportó "datos duros y efectivos respecto a que el azúcar es una sustancia tóxica, más allá de sus propias calorías e independientemente del peso de quien la consume". Aunque otros científicos salieron al cruce a remarcar que el problema más general del consumo regular de glucosa se desprende del exceso de comida que consumen las personas a diario.