Así como en el caso de los reyes europeos, un poco más regulado, los faraones permitían el matrimonio entre hermanos y, en algunos casos, también entre padre e hija, con el fin de preservar "la pureza" del linaje.

El incesto estaba permitido entre monarcas y la circuncisión, práctica adoptada posteriormente por los judíos, tenía un carácter ritual en la ceremonia de iniciación a la adolescencia. Las mujeres no se enfrentaban a ningún tipo de presión con respecto a la "virginidad" y tampoco dependían necesariamente de las decisiones de los hombres. 

"La represiva época en la que nació la egiptología, en plena moralidad victoriana, pospuso durante más de un siglo el estudio en profundidad del sexo en el Antiguo Egipto", detalla César Cervera para ABC. 

Las prácticas sexuales no eran un tabú en la antigua sociedad donde los cuerpos solían estar exhibidos de manera constante dado el clima y las costumbres. Según el profesor Jorge Roberto Ogdon en su texto «Apuntes sobre las erótica egipcia y la sexualidad en el Antiguo Egipto», "el acto sexual, en el Egipto faraónico, según la evidencia disponible, se representó de una manera natural y sin tapujos", sin que haya otra civilización tan libre con respecto a los cuerpos y el goce. 

El egiptólogo francés Jean-François Champollion (1790–1832) destacó:  "Había imágenes de monstruosa obscenidad que realmente me dieron una extraña impresión acerca de la sabiduría y compostura egipcia». Como en el «Papiro Erótico de Turín», uno de los escasos documentos que hablan de la conducta sexual de los antiguos egipcios donde las orgías y la sodomía estaban a la orden del día con frases que más que claras: "Ven y métemela por detrás".

No había ceremonias de casamiento- bastaba con que la pareja viviera junta para que empezara el matrimonio-  y la infertilidad era motivo para terminar una relación.  

La poligamia estaba permitida pero no era frecuente, salvo entre las clases dirigentes. En el momento de su muerte, a la edad de 91 años, Ramsés II aseguraba haber tenido más de 20 reinas y una multitud de concubinas. Incluso, en los textos antiguos se recoge que fue padre de más de 100 hijos. 

Incesto, necrofilia, zoofilia, orgías y otras prácticas habituales del Antiguo Egipto

Otro mito recurrente para los egipcios es el del valor sagrado del semen al que consideraban sagrado.  Los egipcios consideraban el flujo del Nilo como parte de la eyaculación de Atum «El que existe por sí mismo», un dios que se formó de la nada, tras lo cual se masturbó y de su semen nacieron los dioses que le ayudarían a crear y gobernar el universo. 

Por el Papiro de Ebers, también se conoce que la necrofilia no estaba gravemente censurada, Durante el reinado de Amenhotep I se descubrió que era algo habitual entre los embalsamadores cometían estas prácticas. Aunque también los familiares de las mujeres fallecidas comenzaron a contratar guardias que vigilaran los cuerpos.

La zoofilia también aparece mencionada en las imágenes, algo no tan extraño si se considera que muchos dioses son mitad animal, mitad humano. Entre los objetos más extraños hallados por los arqueólogos se encuentra un primitivo consolador fabricado con restos del pene de un cachalote.