Un estudio reciente advierte que la falta de actividad física, el consumo excesivo de alcohol y el tabaquismo pueden comenzar a impactar negativamente en la salud de una persona a partir de los 30 años.

La investigación, llevada a cabo en Jyväskylä, Finlandia, hizo un seguimiento a lo largo de las décadas de más de 300 niños nacidos en 1959, evaluando regularmente tanto su estado físico como mental hasta que alcanzaron los 61 años de edad.

Qué hábitos deben evitar los mayores de 30 años

Durante el transcurso de la investigación, los médicos analizaron en cada control si los participantes fumaban, consumían alcohol en exceso o realizaban actividad física menos de una vez a la semana. Los resultados indicaron que quienes mantenían esos tres hábitos poco saludables presentaban un riesgo elevado de desarrollar depresión y sufrir problemas de salud.

Los investigadores destacaron que estos efectos perjudiciales se manifestaban claramente alrededor de los 30 años de edad. Además, encontraron que la inactividad física se relacionaba con una peor condición física, el tabaquismo afectaba negativamente la salud mental, y el consumo excesivo de alcohol perjudicaba tanto la salud física como mental.

Kekäläinen, uno de los autores del estudio, subrayó: “Las enfermedades cardíacas y el cáncer son responsables de casi el 75% de las muertes a nivel mundial. Sin embargo, adoptar un estilo de vida saludable puede disminuir significativamente el riesgo de desarrollar estas patologías y de sufrir una muerte prematura”.

También enfatizó que nunca es tarde para modificar los hábitos: "Incorporar prácticas más saludables durante la mediana edad genera beneficios importantes para la calidad de vida en la vejez", aseguró.

Aunque los resultados son relevantes, los investigadores aclararon que se trata de un estudio observacional, por lo que no se puede afirmar un vínculo causal directo entre los hábitos analizados y los problemas de salud. 

También señalaron que la relación entre los comportamientos y el estado de salud probablemente sea bidireccional; por ejemplo, una persona estresada podría recurrir al alcohol para afrontarlo, pero dicho consumo, a su vez, deterioraría su bienestar general.