Philae fue la primera nave que logró la hazaña de aterrizar en la superficie de un cometa a más de 200 millones de kilómetros de la Tierra. Pero al hacerlo no fue de forma suave y se perdió contacto hasta que en febrero de este año se la dio por "muerta" tras varios intentos de salvarla.

La nave quedó atrapada en un cráter oscuro del cometa 67P/Churyumov–Gerasimenko pero no se sabía su ubicación exacta; hasta que la sonda Rosetta, que en breve dará por finalizada su vida útil, en en el fragor de sus fotografías (a  la superficie de esta masa de roca y hielo que viaja a 14 kilómetros por segundo) logró mostrar el lugar dónde quedó oculta Philae.

Philae está en el fondo de una grieta totalmente a la sombra, lo que explica por qué nunca pudo volver a "la vida" usando la energía del sol.

La propia Rosetta se prepara ahora para su último viaje cuando el próximo 30 de septiembre cambiará su rumbo para acercarse más que nunca al cometa y terminar "suicidándose" contra el mismo.

Fuente: El País