Arqueólogos del Museo Nicholson,  que pertenece a la Universidad de Sidney, en Australia, no salen de su asombro tras el impensado hallazgo de una momia egipcia de 2.500 años de antigüedad que pasó desapercibida durante 150 años. 

Si bien la momia no se encuentra intacta y es notorio que los restos fueron alterados en algún momento, lo cierto es que de acuerdo con los jeroglíficos que presenta el féretro, se sabe que el ataúd fue dedicado a una sacerdotisa llamada Mer-Neith-it-es.

Aunque no siempre esos ataúdes contienen los restos para los que estaban originalmente destinados, ya que muchas veces se los reutilizaba.  

Como parte del esfuerzo por descifrar la identidad de la momia, el ataúd y su contenido fueron escaneados con láser para crear modelos 3D, y luego sometidos a una tomografía computarizada. El radiólogo y profesor universitario John Magnussen aseguró que, a pesar de que los restos habían sido alterados, todavía hay suficientes pistas para resolver el misterio.

"Tiene algunos cambios degenerativos tempranos y el sacro está fusionado, por lo que sabemos definitivamente que es un adulto", explicó el especialista.  La egiptóloga Connie Lord agregó: "Las uñas de los pies son fantásticas para la datación por radiocarbono" y en este caso podrán ser estudiadas para revelar el misterio de quién es la momia de 2.500 años.